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El escándalo de los correos electrónicos : Los CDC presionaron a la FDA para que autorizaran las dosis de refuerzo de las vacunas COVID sin ensayos clínicos

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades presionaron a los reguladores estadounidenses ( Food And Drug Administration) para que autorizan las dosis de refuerzo de la vacuna COVID-19 sin datos de ensayos clínicos, según los correos electrónicos obtenidos por Judicial Watch.

Por The Epoch Times

Por Zachary Stieber

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) presionaron a los reguladores estadounidenses para que autorizan las dosis de refuerzo de COVID-19 sin datos de ensayos clínicos, según los correos electrónicos recientemente publicados.

A principios de agosto de 2021, los funcionarios de los CDC comunicaron a sus homólogos de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) que querían autorizar los refuerzos de Moderna y Pfizer cuando los datos empezaron a mostrar que las vacunas no funcionaban tan bien como se promocionaron inicialmente.

La conversación tuvo lugar en una llamada que fue descrita por el Dr. Phil Krause, un alto funcionario de la FDA, a varios otros trabajadores de la FDA.

«Respira hondo antes de leer el siguiente párrafo. En esa llamada, los CDC evidentemente declararon que reunirán todos los datos que conocen sobre la tercera dosis en este entorno y nos los enviarán con la esperanza de que (muy pronto) autoricemos la tercera dosis para inmunocomprometidos como parte de la EUA ( Emergency Use Authorization)», escribió Krause en el correo electrónico del 5 de agosto de 2021.

EUA significa autorización de uso de emergencia.

Todas las vacunas COVID-19 estaban autorizadas en condiciones de emergencia en ese momento.

No se habían autorizado refuerzos y no había datos clínicos disponibles para los refuerzos.

Los correos electrónicos muestran que «los CDC querían que el refuerzo se aprobara sin un ensayo», escribió en Twitter el Dr. Jay Bhattacharya, profesor de medicina de la Universidad de Stanford.

El CDC no respondió a una solicitud de comentarios.

Lea el artículo completo en The Defender aquí.

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